Deep forest green

Are you going to Scarborough fair, parsley sage rosemary and thyme?
Remember me to the one who lives there, she once was a true love of mine.

martes, 18 de diciembre de 2012

Obturador

Todos enfermamos a veces. Incluso los lobos, aunque sus males difieren en lo más elemental, en tanto que su ADN se ha visto alterado con una simple y a la vez terrible mutación.

Adrián cuando estaba enfermo se volvía tierno, y resultaba tan extraño como pardójico. Un resfriado común podía convertirlo en el ser más adorable de la tierra,una mezcla entre el osito de mimosín y Lasie. Un ser único. Al mismo tiempo podía producirle graves complicaciones físicas, como terribles dolores de cabeza nocturnos (sí, solamente nocturnos) que lo alientan a transformarse aunque sabe que no puede. 
A veces, si tiene gripe, no puede mover los dedos. Se quedan secos en forma de garra como los de  un anciano de 100 años derrotado por la artritis.
Afortunadamente sus enfermedades suelen durar un día más o menos, pero es un día largo y lleno de dolor. Al tiempo que espeluznantemente dulce. 
Puede ser el miedo. El hombre lobo enfermo no necesita cariño, necesita sus drogas. Las que él compra y consigue por sus medios, las necesita como el agua, mezcladas con agua y ron (porque el ron es una bebida asociada a las américas, y el hombre lobo común es un ser eminentemente europeo). Todo lo demás está fuera de lugar.

Un día Adrián necesitaba un beso.

-Duerme. Gabi vendrá más tarde con tu...
-No quiero dormir.
-Claro que quieres. Lo que pasa es que tienes la mollera tan dura como un trozo de pan rancio. Cállate y duerme.
-No seas dura.
-Estás enfermo.
-¿Y qué?
Y durante un segundo su expresión se volvió fiera. No habría podido recordarlo, no habría podido lo suficiente como para describirlo. Fue la clase de momento que sólo se caza con un obturador rápido.
Abrí la puerta.
-Estás mejorando.
Adrián refunfuña.
-Por favor.- dice.
-Te arrepentirías. ¡Gabriel! Trae el maldito ron.
Suele funcionar. Pueden dormir horas seguidas sin un mal sueño.
- Si le sigue dando tan fuerte en primavera un día de estos se te va a declarar.
-Si lo hace estando enfermo le doy una torta. Puedes apostar a que sí.
Gabriel sonríe.
-¿Y si lo hace sano?
-Nunca está sano. Y nunca lo haría.


Una vez al mes, en lo que dura uno de esos momentos de obturador, todos dudamos de esa afirmación.


domingo, 16 de diciembre de 2012

Ni la plata.

Los lobos no lloran. No al menos en su forma humana. Adrián no lloraba jamás. Nunca. Ni con rabia ni con tristeza, ni por compasión ni de alegría ni de emoción. No lloraba de impotencia, no lloraba por el dolor de las heridas. Todo lo aguantaba gritando y callando. Todo era seco. Al menos en forma humana. 
 Un día dijo que se había visto llorar estando de lobo, de refilón en un metal. Que tenía las manos húmedas al despertar. Las lágrimas de hombre lobo podrían ser un veneno muy potente para redimir a tus hermanos y hacer rendirse a tus enemigos. Pero ¿quién se atreve a coger las lágrimas de las mismas mandíbulas de la bestia? 


-Ari, ayer volví a llorar.
-¿Cómo lo sabes?- Digo, mientras le acaricio el pelo.
-Sabía salado. Sólo salado. Soy acero.
-Eres acero, que cortas
-Lo siento.- Dice, mientras pasa los dedos por el hematoma de mi abdomen.
-Puede que algún día alguien haga preguntas.
-Lo siento.
-No llores.- Le digo en tono burlón.
-El mes que viene me acordaré de esto y lo haré.

Él quiere llorar y no puede. Al revés que cuando era niño. Me palpa los brazos y los hombros, las manos y los pies.
-Estás fría.
-Soy acero.
-No.-Meditó unos instantes.- Eres plata pura.

¿Qué querría decir? Ni la plata hace llorar al hombre lobo.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Mareos, nauseas, vomitos. *

Cuando el gato negro huyo por donde habia venido Adrian comenzo a sentirse merado. Algo parecido a un vertigo repentino, provocado quizas por la presencia del enemigo.

A- Ese gato trajo algo raro. Esa señora es algo rara.
Ad-Necesito sentarme.
G-Yo os digo que va a seruna bruja.
A- Para tanto no sera... o si?
Ad-No m encuentro bien.
A-Tienes fiebre.
G-Ya estamos otra vez.
Ad-¡Tengo que vomitar!
Una vez con la cabeza fuera de la taza del WC comienza la ronda de preguntas.
A-¿Que has comido hoy?
G-Has estado jugando con otros canis!
Adrian, palido como un muerto, pero algo repuesto nos mira arrepentido.
Ad-Lo he vuelto a intentar.
G y A- ¡¿Otra vez?!
A- Esque me encantaban las espinacas...



*La tecla de las tildes sigue averiada.

lunes, 24 de octubre de 2011

La Morte d'Arthur. *

Ad- Que puñeta, que puñeta que te toque gobernar en un momento tan jodido como ese. Joder, hay que ser muy grade para liarla tanto y pasar a la posteridad como un heroe.

A-El rey Arturo.

Ad- El puto rey Arturo. No digas. Un imperio decadente, con una pesima gestion en provicias, abandona la plaza y te deja a merced de todo cuanto bastardo hambriento quiera atacarte. Tus vecinos, los vecinos de tus vecinos, los amigos de tus enemigos, los enemigos de los que te dejaron tirado... ale! todos a la fiesta! Caigamos sobre Inglaterra! Y aun encima, Dios.

A-Los hay con un par.

Ad-Si si. Vaya par. Hay que ser muy grande. Y no hablemos de la zorra de su hermana que... si yo no digo nada pero... No no, sin dolor no hay gloria. Pero que puñeta. Que puñeta.

A-Una jodienda.

Ad-Tatalmente. Eso si, otros, no hubieran durado ni dos dias. Tenia que morir, es que, era lo que quedaba. Porque la cosa estaba dificil, que vaya panorama.

A-Porque la honra ni pensarlo, claro.

Ad-El honor! Claro, claro. El honor es lo primero. Que monarca, joder. Ya no hay reyes asi!!

A-Adrian, te prohibo leer a Steinbeck los domingos.





*Lo siento, he tenido un problema con mi tecla de las tildes, os entrego esta desgracia ortografica con las disculpas pertiennetes.

martes, 4 de octubre de 2011

La de Gabi.

La nueva novia de Gabriel a Adrián no le da buena espina. Es en un 50% felina y astuta y a los lobos eso los desconcierta.
La novia de Gabriel disfruta de la luna llena y tiene prohibido quedarse en casa esos tres días. Sospecha algo, no lo dudo, pero creo que más de mi que de Adrián.
Y cuando hacemos pasta entre los tres ella nos mira y desconfía, yo lo se.
A Adrián le centellean los ojos con descontento al cojer el orégano y comprobar que, efectivamente, tiene unas muy pero que muy voluminosas domingas.

martes, 20 de septiembre de 2011

Gabriel nos mata.

-Ay Dios mío. ¡Qué voy a hacer con vosotros! ¿Y ahora tu qué? ¿Tu también?

No. Claro que no. Las mordeduras solo valen durante la noche crítica. Después es simplemente un tatuaje feo que no sabrás como explicarle a tu madre.

-Menos mal. Pense que... por un momento... uff

Gabi, tranquilo, no eres nuestro padre. No ha pasado nada.

-No ha pasado nada porque era cosa de humanos, claro.

-Eso contiene una insinuación asquerosa.
-No lo dirás en serio... ajj.

-¿Lo veis? Los bozales son importantes.

Material de caza, material de caza y discos de jazz, que enturbian la mente y al hombre lobo no le dejan pensar. Porque el jazz es una música que desciende de los ritmos africanos,y el hombre lobo es un ser eminentemente europeo.

G.-Bueno que... por lo menos... ¿estuvo bien?
A.-Gilipollas.
Ar.- Bueno, me sigo quedando con el San Pablo de Caravaggio.
A.-Idiota.
G.-Siemprehas tenido un sentido del arte muy perverso, y un sentido de lo erótico muy retorcido. Bueno, supongo que eso lo explica todo.

martes, 30 de agosto de 2011

Arañazos

-Escuece.
-Claro que escuece. Es alcohol.
-¿Me quedará cicatriz?
-...
-Adrián. ¿Me va a quedar cicatriz o no?
-Puede que...la del lado derecho...a lo mejor no... No volveré a hacerlo. No volveremos a hacerlo si no quieres.
El flexo parapdeó. El gato negro se asomó a la ventana y al ver a Adrián huyó despavorido.
-Lo que no entiendo es cómo pudiste hacerme eso.- Traté de alcanzar con el índice el arañazo en el que Adrián se estaba aplicando.
-No lo se, es magia. Supongo. Ahora... a-ahora...
-Ahora estoy marcada. ¿Lo sabías?
¿Lo sabría? Que algo pasaría si al final acudía a él la noche después.
-Soy inexperto. Esto no es como una adicción, ahora que soy así... pero es que nopensé q nunca...
Me giré y sonreí.
-Podré contar historias sobre ella, si... se queda ahí.
-Gabriel nos matará.
-¡Gabriel nos matará!