Estás asustada. Estás asustada y gritas. Estabas soñando y no lo sabías. Pensabas que era real, que el lobo estaba muerto. El lobo estaba muerto por el frío. O las palas. O el fuego. Algo que no puedes controlar y el lobo está muerto.
La sangre todavía humea. Bueno, es el vapor, es el calor en el frío.
El problema, el problema real es que no pudiste ver qué había sucedido. Ni evitarlo ni presenciarlo. Cuando llegaste ya estaba muerto. El lobo estaba muerto. Tu buscaste al otro chico, pero no le encontrabas. Claro que no, si no estaba allí, y tu tampoco deberías estar allí.
¡Vete! ¡Vete antes de que vuelvan y descubran que estabas de su parte!
Ha sido el frío, o las palas. O las dos cosas a la vez.
Entonces despiertas, cojes el teléfono y marcas un número que ya te sabes de memoria.
-Feliz navidad, eh.
-Todo bien?
-Si. Con los míos todo bien.
-Feliz navidad.
Poemas visuales de Joan Brossa
Hace 6 años