Día de pasta

-No puedes cocinar la bolognesa con tanto tomate. Simplemente no puedes.
Adrián fruncía el entrecejo y me sermoneaba, bastante serio. por detrás Gabi no podía parar de reír.
-A Gabi le gusta.-Argumenté.
-Eh! A mi no me metas en esto!
-Eso da igual, Gabriel es un analfabeto culinario. No puedes hacerlo así. Está mal, moralmente está mal.
-Por lo menos yo no echo tiras de panceta enteeras en la carbonara!
Él no parecía muy contento con la afirmación, echó una mirada despectiva a nuestro compañero, que a esas alturas estaba en el suelo retorciéndose de risa.
-Lo mío es distinto.
-¡Toma! Y nosotros somos adictos al tomate! Necesitamos nuestra dosis!
-Pero... La próxima vez cocinaré yo!!!
-Si, en tu caso es la sangrela que hace el papel de salsa de tomate.
Gabriel trató de poner un poco de orden.- Chicos, calmaos, sabies que pasa de luna llena.
-¡Adrián! Me estás poniendo de los nervios. Cómete tus filetes y deja de darme la lata!
-¡A ti si que te voy a comer en filetes!
Y la discusión se acabó de golpe. Debajo de la barba Adrián se había puesto rojo.

-Que erótico se está poniendo esto. Mejor me voy a estudiar. Avisadme cuando hayais decidido quien se come a quien.

Gabriel...

-Quédate con tu tomate.